La gente practica la meditación con diferentes propósitos.
Algunos buscan uno de los muchos beneficios de la meditación para el cuerpo, la mente y las relaciones; otros buscan crecimiento personal, curación emocional o desarrollo espiritual.
Independientemente de cuál fue tu intención inicial para comenzar la práctica, si meditas lo suficiente, seguramente descubrirás muchas cosas sobre ti mismo, algunas de las cuales pueden no ser agradables.
Esto podría llamarse el “yo sombra”.
Nuestra personalidad, junto con nuestros pensamientos, emociones, decisiones e interacciones conscientes con el mundo, ocurren en el nivel de nuestra mente consciente.
Sin embargo, eso es solo la punta del iceberg de nuestra conciencia. De acuerdo con las enseñanzas de algunas filosofías contemplativas orientales, debajo de esta capa consciente de la mente se encuentra nuestra mente subconsciente e, incluso más profundamente, nuestra mente inconsciente.
La psicología occidental moderna tiene una visión similar.
El contenido de nuestra mente subconsciente e inconsciente es la estructura de nuestra personalidad.
Son las fuerzas motivadoras ocultas detrás de todas nuestras decisiones, pensamientos y sentimientos.
Tienen una profunda influencia en nuestra vida y, sin embargo, sabemos muy poco sobre ellos.
Nuestra mente consciente está tan ocupada y agitada que rara vez tenemos la oportunidad de mirar más profundamente.
¿No es terrible pensar que lo que más influye en tu vida son las cosas de las que eres menos consciente?
Uno de los principales beneficios de la meditación es que calma tu mente consciente y te permite estar en contacto con lo que hay debajo.
Al mismo tiempo, ese es también uno de los mayores desafíos de la meditación y uno donde la mayoría de las personas no saben de lo que pueden encontrar.
La meditación y tu “yo sombra”
A medida que la meditación se profundiza, nuestra atención comienza a sumergirse en el subconsciente.
La mente consciente se vuelve menos ocupada y, por lo tanto, se permite que la conciencia retroceda a niveles más profundos de nuestro ser.
Con eso, las cosas que habías reprimido, o elegido pasar por alto en la vida, están ahí esperándote.
Estos pueden incluir, entre otras cosas:
- Emociones difíciles
- Traumas ocultos
- “Deseos salvajes” complejos
- Patrones de pensamiento negativos
- Vergüenza, culpa, arrepentimiento
- Agresividad, ira
- Miedos inconscientes
- Procesos emocionales no resueltos
Cuando te enfrentas a esto por primera vez, el meditador principiante puede entrar en pánico.
Puedes llegar a pensar: “Desde que comencé a meditar, mi mente se ha vuelto más ocupada” o “La meditación me hace sentir más ansioso e inquieto”.
La verdad es que la meditación no hace que tu mente se vuelva más ruidosa o ansiosa.
Simplemente revela el ruido y la ansiedad que ya estaban allí. Ahora, con menos distracciones, las ves con mucha más claridad.
Es como dejar que se asiente una taza de agua con barro, para que puedas ver claramente toda la suciedad que ya estaba en el agua.
Además de hacer que tu mente esté más tranquila y clara, la meditación también aumenta tu sensibilidad y agudiza tu atención, por lo que podrás percibir cosas en ti mismo que antes no pudiste ver.
Aparecerán energías atrapadas en tu psique.
Es la apertura de la “caja de Pandora” de tu mente subconsciente. No siempre es una vista hermosa, pero es una señal de progreso en la práctica.
¡Estás encontrando y liberando a tu sombra!
¿Qué es el Yo Sombra?
Nuestro “yo sombra” se compone de todo lo que nos avergüenza pensar y sentir, así como cada impulso que hemos reprimido, consciente o inconscientemente, para mantenernos dóciles, agradables y “civilizados”.
Según la analista Aniela Jaffe, la sombra es la “suma de todos los elementos psíquicos personales y colectivos que, por su incompatibilidad con la actitud consciente elegida, se les niega la expresión en la vida “.
“Todo el mundo lleva una sombra, y cuanto menos está incorporada en la vida consciente del individuo, más negra y densa es”.
-Carl Gustav Jung
La idea, en la psicoterapia de Jung, es que para convertirse genuinamente en una persona completa y sana, necesitas integrar completamente tu sombra.
Necesitas conocerlo cara a cara, comprenderlo, descubrir sus secretos y reutilizar su energía.
Usa la meditación para encontrar tu “Yo Sombra”
Todo este trabajo desordenado es parte del proceso liberador de la meditación.
La meditación siempre ha incluido esto.
Pero la pregunta es: ¿es esto aceptable para ti? ¿Estás preparado para este desafío?
Si ves la meditación como una herramienta para el crecimiento personal, la curación o el desarrollo espiritual, puede decir “¡Sí! Vamos a hacerlo”.
Pero si ves la meditación como un simple ejercicio para aliviar el estrés, o un enfoque sin píldoras para controlar la depresión, o una herramienta para mejorar tus habilidades cognitivas, es posible que no desees encontrarte con tu “Yo Sombra”.
En cualquier caso, hay pasos que puedes tomar para evitar pasar por esto o al menos hacer que el proceso se sienta más seguro y menos problemático.
Evitar estados mentales desafiantes en la meditación
Si deseas evitar la afluencia de material psicológico difícil, pero aún así deseas continuar desarrollando tu práctica de meditación para otros beneficios, entonces hay aquí algunas cosas que te sugiero que pruebes.
Medita menos.
Disminuye la duración de tus sesiones, especialmente si practicas más de 30 minutos al día.
Evita ir a retiros.
Mantén tu cuerpo y tu mente ocupados con actividades constructivas.
Cambia tu técnica.
No todas las prácticas de meditación se crean por igual.
En las “prácticas de insight” (como algunos tipos de Vipassana y mindfulness), Yoga Nidra y meditación no directiva (ACEM, NSR, etc.), parece haber más de este “autoprocesamiento”.
Se permite que la atención interactúe con pensamientos y emociones espontáneos que surgen durante la meditación.
Entonces, si deseas menos de eso, intenta en cambio prácticas puramente basadas en la concentración, es decir, técnicas de meditación que te piden que te concentres en un objeto con exclusión de todos los demás.
Algunos ejemplos son la meditación Mantra (enfoque de concentración), Samatha (centrarse en la respiración y excluir todo lo demás), Trataka, meditación Chakra o Nada Yoga.
Probar diferentes técnicas, hasta que encuentres una que te permita obtener los beneficios que deseas sin mucho desafío emocional, a menudo funciona.
Habla con alguien.
Habla con un profesor de meditación experimentado sobre tus experiencias.
Y también te animo a que consideres consultar a un profesional de la salud mental (uno que medite), especialmente si estáss experimentando síntomas de trauma o cualquier otro trastorno de salud mental grave.
Si todo eso falla y todavía sientes que estás teniendo problemas, entonces abandona tu práctica por un tiempo, hasta que pueda resolver las cosas.
Conquistando estados mentales desafiantes
“Lo que resistes, persiste”.
– Carl Gustav Jung
Quizás estés listo para permitir que surjan tus pensamientos / emociones reprimidos, y solo necesitas saber cómo manejarlos mejor.
Aquí, hay dos herramientas esenciales que pueden ayudarte: pranayama y observar.
Respiración Pranayama
Los ejercicios de pranayama son técnicas especiales de respiración de la tradición yóguica.
En lugar de simplemente observar la respiración, en realidad la modulas para seguir un patrón específico.
Esto ayuda a crear tranquilidad y estabilidad en el sistema nervioso, ¡y definitivamente necesitarás estas dos condiciones para poder atravesar la tormenta!
Hay nueve ejercicios tradicionales de pranayama, y muchos más si cuentas las variaciones y adiciones modernas.
A los efectos de este artículo, solo sugeriré un ejercicio simple, que me gusta llamar “Respiración cuadrada”.
Respira contando cuatro segundos
Aguanta la respiración durante cuatro segundos
Exhala durante cuatro segundos
Mantente vacío durante cuatro segundos
Eso lo conviertes en un ciclo. Haz 12 ciclos como este y tu mente estará en un estado diferente. Tarda menos de cuatro minutos.
Pautas generales: Al inhalar, inhala tanto aire como sea posible.
Esto te ayudará a absorber suficiente oxígeno.
Al exhalar, expulsa todo el aire de tus pulmones, para que puedas desintoxicar tu cuerpo.
La inhalación y exhalación deben realizarse por la nariz y lo más profundo, uniforme y silencioso posible.
Si cuatro segundos es demasiado difícil, puedes hacer tres segundos. Si es demasiado fácil, puedes aumentar el recuento.
Puedes hacer este ejercicio antes de tus sesiones de meditación o después de una sesión emocionalmente desafiante.
También puedes practicarlo siempre que afloren emociones intensas, ya sea en la meditación o en tu vida diaria.
Observar
La segunda práctica es la de presenciar, que es una actitud / poder esencial que la mayoría de las prácticas de meditación intentan desarrollar.
Es la capacidad de simplemente observar lo que venga, sin verse demasiado afectado.
Esto implica aceptar con ecuanimidad el pensamiento o la emoción que surgió y dejar que se vaya.
Aceptar con ecuanimidad significa mirar las cosas como son. Significa que ves el pensamiento o la emoción por lo que es: hermoso o feo, pesado o ligero, positivo o negativo.
No crea historias al respecto.
No interpretes.
No te aferres.
No reprimas. Y, sobre todo, no reacciones.
Simplemente observalo. Se el testigo indiferente.
Es como si estuvieras viendo una película en la pantalla de tu mente o escuchando la historia de vida de otra persona.
En la filosofía budista e hindú existe la idea de que el inconsciente es el almacén de innumerables “impresiones” (llamadas samskaras, vasanas, karmas), tanto buenas como malas.
En la meditación uno permite que todas estas impresiones afloren y las observa desapasionadamente, como un testigo.
Es la versión oriental de lavar la ropa.
Pensamientos de despedida
Profundizar en la meditación puede evocar experiencias desafiantes o material emocional reprimido y patrones de pensamiento negativos, que constituyen tu yo sombra.
Tradicionalmente, esto se ve como un paso normal en el proceso de meditación, y se aconseja al practicante que siga adelante, con suavidad y seguridad.
Es solo permitiendo que el material subconsciente salga a la superficie.
La idea es que solo al permitir que el material subconsciente salga a la superficie podemos arrojar algo de luz sobre él. Solo entonces podrá salir de nuestro sistema.
En este post has aprendido por qué estas emociones reprimidas surgen en la práctica y qué hacer con ellas, dependiendo de tus objetivos con la meditación.
Si te encuentras atravesando una de estas encrucijadas en tu viaje, es de esperar que este artículo haya arrojado algo de luz sobre lo que está sucediendo y que te ayude a continuar aprovechando al máximo tu práctica.