Muchos nuevos (y no tan nuevos) meditadores se preguntan: ¿qué tipo de experiencias de meditación debería tener? ¿Qué debería sentir? ¿Estoy meditando de manera correcta?
Es fácil olvidar que la meditación requiere paciencia. ¿Por qué?
Porque los beneficios potenciales de nuestra práctica pueden ser menos obvios que los obstáculos, especialmente al principio.
Casi todos los meditadores se encuentran distraídos por los pensamientos cuando intentan establecerse para meditar. De alguna manera, en lugar de mantenerse enfocada en la sensación de la respiración, la mente nos lleva naturalmente en la dirección de nuestras listas de cosas por hacer, esperanzas y preocupaciones.
Esto es totalmente normal y forma parte de las experiencias de meditación. Cuando esto sucede, podemos pensar que hay algo malo y preguntarnos si alguna vez seremos capaces de meditar correctamente.
Hay tantas otras cosas que hay que hacer y pensamos que estamos perdiendo el tiempo cuando simplemente nos sentamos.
Con el tiempo, sin embargo, nuestra capacidad de permanecer con la práctica aumenta y empezamos a tener experiencias de meditación sutiles que confirman que nuestra práctica de meditación está funcionando.
Notamos que nuestros pensamientos y sensaciones son menos propensos a perturbar los sentimientos de plenitud y paz que produce la meditación.
Puede llevar más tiempo del que anticipamos, pero tarde o temprano descubriremos que el viaje es la parte importante: de hecho, el viaje es la meta.
Experiencias de meditación y qué es lo que debes de sentir
Cuando comiences a sintonizarte naturalmente con tus pensamientos y sentimientos durante la meditación, sabrás que algo está funcionando bien.
Aquí hay algunos indicadores a los que hay que prestar atención:
1. Tu concentración mejora
Cuando puedes concentrarte fácilmente en solamente una actividad, estás haciendo algo bien.
La práctica de la meditación enfatiza la conciencia sin juicios del momento presente.
Te sientes menos estresado por el futuro y más en sintonía con el aquí y ahora. A medida que tu concentración mejora, también lo hace tu habilidad para trabajar en una sola tarea de manera eficiente.
Curiosamente, incluso cuando no estás meditando, te vuelves más consciente de tu mente de un momento a otro.
El acto de darse cuenta de que estás pensando, es en realidad un paso significativo en la dirección del Mindfulness!
Intenta el ejercicio de contar tus respiraciones: si puedes ir de uno a diez sin perder la cuenta ni una sola vez, entonces habrás hecho grandes progresos.
También puedes sintonizar con los pensamientos y sensaciones que surgen durante tu práctica de meditación. Respirar a fondo y luego soltarse.
Recuerda, no estás tratando de convertirte en un gran contador de las exhalaciones, sino en un meditador muy atento y dedicado.
2. Cuando otras personas notan los cambios
Aunque es posible que tengamos diferentes experiencias de meditación mientras practicamos, puede que no seamos conscientes de ningún cambio físico o psicológico en nuestra vida diaria hasta que alguien lo señale.
A veces estamos tan obsesionados con las experiencias de meditación que perdemos el enfoque de lo que es realmente importante:
los resultados sutiles que vienen de estar simplemente presentes.
Los pensamientos y sensaciones que ocurren en la meditación son fugaces y varían de una sesión a otra, pero los cambios positivos que ocurren en nuestras mentes y acciones son más estables y tienden a ser notados por aquellos que nos rodean.
3. Tener experiencias de meditación sorprendentes
Puede que sientas que estás teniendo increíbles experiencias de meditación… o puede que no.
Cualquier profesor de meditación te dirá que no se trata de experiencias.
De lo que se trata es de ser consciente de lo que estás experimentando en el momento y mantener una posición de observación imparcial.
Ya sea que sepas lo que estás sintiendo o pensando, o que seas consciente de tus percepciones sensoriales, o que seas consciente de tu respiración, o que seas consciente de experiencias de meditación asombrosas, esa conciencia es la señal de que tu meditación es perfecta.
Es probable que algunas de tus sensaciones de meditación se sientan un poco extrañas. Por ejemplo, durante la práctica, tus percepciones sensoriales pueden parecer más elevadas o diferentes de lo habitual.
Esto es completamente normal; de hecho, tales experiencias de meditación pueden ser una indicación de que tu práctica está evolucionando.
La clave aquí es resistir la tentación de tratar de replicar o analizar – o incluso rechazar – las experiencias. Es cuando puedes mantener una conciencia muy natural y objetiva de cualquier cosa que surja sin agarrarla de una manera u otra que realmente has progresado.
¿Cómo se siente la meditación profunda?
La meditación nos enseña que hay una diferencia entre tratar de analizar lo que sentimos y simplemente observarlo.
Analizar y actuar sobre los pensamientos y sentimientos es lo que estamos haciendo casi siempre; es un hábito muy fuerte, y uno del que la mayoría de la gente ni siquiera es consciente. En la meditación, aprendemos que hay otra manera de abordar los eventos mentales: podemos dejarlos ir.
Sin embargo, hay ciertos sentimientos que acompañan a la meditación profunda.
Cuando se medita profundamente, se aflojan gradualmente las restricciones del egocentrismo. A medida que te adentras en la práctica, tu mente cambia a un tipo de conciencia más sutil.
Te vuelves menos consciente de ti mismo. El dolor físico y los estresantes emocionales pueden desaparecer por un tiempo, y puede haber una profunda y duradera sensación de paz.
Si notas que tienes experiencias de meditación agradables, e incluso te pierdes en estas experiencias, date cuenta de que también son sólo experiencias, y vuelve a tu respiración.
¡No hay límite para lo que la mente creativa puede hacer cuando tiene el espacio! Abraza los diversos pensamientos y sentimientos que surgen durante la meditación y aprende a apreciar todo lo que viaja a través de tu mente.
Este reconocimiento y soltar es un componente esencial del camino de la mente, y es uno sobre el que tienes poder – a diferencia de tratar de elegir tus experiencias de meditación.
Otra cosa que puede suceder cuando estás meditando profundamente es que tu experiencia del tiempo cambie.
A veces, el tiempo parece pasar más rápido de lo que esperabas – puedes haber estado sentado durante veinte minutos pero parece que sólo han pasado diez. Otras veces ocurre lo contrario y el tiempo parece detenerse.
Además, la respiración generalmente se ralentiza durante la meditación profunda porque el cuerpo está extremadamente relajado.
Ahí lo tienen, una explicación detallada de lo que se siente al meditar.